En vísperas del Día de Muertos, mujeres dedicadas a la elaboración y venta de dulces típicos en Chiapas compartieron cómo se preparan para esta temporada, una de las más importantes para mantener viva la tradición, aunque reconocen que las ventas han cambiado con el paso del tiempo.
Doña María, con décadas en este oficio, explicó que los productos más solicitados son los panes y los dulces tradicionales que acompañan las ofrendas. “Caballito, pan chiquito, pan grande para ponerle en la mesa”, relató.
Sin embargo, reconoció que la costumbre ha disminuido con los años y que muchos productores se enfrentan a dificultades económicas. “Ya hay mucha gente que ya no compran dulces. (…) Pero nosotros no dejamos las costumbres de que nos enseñaron, por eso lo compramos y lo vendemos”, dijo.
Recordó que hace tres décadas la producción era mucho más amplia: “Hace 30 años yo hacía de mi boliteca marido 10 kilos diarios de azúcar. (…) Ahora ya no. El día primero y el día 2 sí, los 2 días de la pesa que vendemos, pero ya no vendemos igual”.
Entre los productos más buscados mencionó los nuégados, el suspiro, la cocada y los dulces de puxinú, así como el chocolate para la mesa de ofrenda. “Son los que más se venden (…) los invitamos a todos mis chiapanecos que nos pasen a visitar aquí lo daten”, expresó.
En Chiapas, la preparación y venta de dulces típicos como el tamarindo, el chilacayote en dulce y las cocadas forman parte de la economía popular en mercados y tianguis locales, especialmente durante las semanas previas al 1 y 2 de noviembre.
A pesar de la baja en la demanda, productoras como Doña María y Doña Ángela mantienen la elaboración de estas recetas que han pasado de generación en generación y que siguen siendo esenciales en las ofrendas chiapanecas.