Panorama general
En el estado de Guanajuato, la presencia de la Guardia Nacional ha tenido dos dinámicas que llaman la atención: por un lado, una gran fuerza federal desplegada —en 2024 el estado se ubicó entre los 10 con mayor número de elementos del cuerpo.
Por otro lado, las corporaciones de policía municipales enfrentan graves vacantes y deficiencias de cobertura, lo que ha generado que algunos alcaldes dependan de la Guardia Nacional para su seguridad personal o consideren esa opción.
¿Qué está pasando con los alcaldes?
En octubre de 2024, la gobernadora de Guanajuato, Libia García Muñoz Ledo, solicitó al Gobierno federal y a la Guardia Nacional que se amplíe la protección a los presidentes municipales electos, ya que consideró “no queremos que se repita ningún incidente que ha ocurrido en otros estados”.
Sin embargo, el secretario de Gobierno del estado, Jorge Jiménez Lona, declaró en julio de 2025 que ningún alcalde había solicitado de forma oficial protección especial.
Existe también un reporte de que las corporaciones de policía municipales del estado tienen más de 2 mil plazas vacantes de los 46 ayuntamientos, lo que agrava la vulnerabilidad institucional para apoyo local en seguridad.
¿Por qué se recurre a la Guardia Nacional?
La gran disparidad en la capacidad de las policías municipales (falta de recursos, plazas vacantes, o bajos niveles de confianza) hace que algunos alcaldes busquen el respaldo de una fuerza federal como la Guardia Nacional.
Se sostiene también que la Guardia Nacional tiene un papel permanente en el estado: patrullajes de proximidad, apoyo en municipios, lo que da una plataforma de cobertura que la policía local, por sí sola, no tiene actualmente.
En contextos de alta incidencia delictiva o zonas con riesgos particulares, la fórmula de protección externa (federal) se vuelve vista como opción preventiva —aunque no se cuenta con datos públicos detallados por municipio de cuántos alcaldes tienen escolta o custodia de la Guardia Nacional específicamente.
Implicaciones y retos
Si bien tener protección federal puede dar seguridad a los alcaldes, el hecho de que no confíen en su policía local refleja una debilidad institucional: falta de autonomía real para sus gobiernos municipales en materia de seguridad.
También plantea un desafío de gobernabilidad: ¿qué tanto puede un alcalde depender de fuerzas federales para su propia seguridad, y cómo afecta eso a su capacidad para dirigir la seguridad del municipio?
Es necesario mejorar las policías municipales: cubrir vacantes, capacitar, certificar, generar confianza ciudadana; de lo contrario, la dependencia de instancias externas seguirá siendo la regla.
Transparencia: falta información pública confiable sobre cuántos alcaldes están bajo custodia o protección especial, con qué condiciones, y cómo se financia dicha protección.
La protección que brindan más de 100 elementos de la Guardia Nacional a alcaldes en Guanajuato —o al menos la posibilidad de que ocurra— es un reflejo de dos realidades simultáneas: un fuerte despliegue federal y una fragilidad local en seguridad pública municipal. Para que esta fórmula sea sostenible, es indispensable que los municipios fortalezcan sus corporaciones policiales y recuperen la confianza en el nivel local. De lo contrario, la dependencia seguirá siendo una “solución temporal” más que una estrategia duradera.